A la hora de desarrollar software, lo más importante es que este funcione de forma adecuada, y ejecute las funciones para las que fue desarrollado. Parece lógico, ¿no? ¿Quién querría entrar en una página web, o descargar una aplicación, ya sea móvil o de escritorio que no funciona?. Y en esencia es verdad, como desarrolladores de software siempre ha sido y será lo primordial, garantizar que las aplicaciones que programamos como mínimo cumplan con su objetivo; pero algunas veces nos enfocamos únicamente en eso, y dejamos de lado algo que para muchos es un talón de Aquiles, pero que hoy en día puede ser la catapulta hacia el éxito o hacia el fracaso, la experiencia de usuario.
¿Por qué es importante UX?
Podríamos decir que la experiencia de usuario, conocida comúnmente como UX, son solo pequeños detalles o lujos adicionales que carecen de real importancia. No por nada cuando estamos trabajando en un proyecto de software y aparecen errores, lo más frecuente es escuchar la típica frase “¿El problema es de forma o de fondo?”. Y tiene sentido, puede ser mucho más complicado, técnicamente resolver un error de fondo que de forma, pero no por eso es menos importante.
Cuando me encuentro en el rol de usuario, desligándome un poco de mi profesión, al momento de descargar una aplicación móvil (que de hecho han sido bastantes), lo primero en lo que me fijo es que tengan una interfaz limpia, intuitiva, y fluida, ya que, en la actualidad existen miles de aplicaciones similares entre ellas, ya que, logran cumplir la misma función, por ejemplo, las calculadoras, o aplicaciones para llevar las finanzas, todas funcionan y cumplen con su objetivo. Esto quiere decir que el hecho de que funcione, no es el único factor relevante para elegir una aplicación. De hecho, es lo menos importante, es lo mínimo que el usuario esperaría. Es aquí cuando la experiencia de usuario toma relevancia, dado que al brindar una ventaja competitiva el éxito de la aplicación, podría evidenciarse quizá en el aumento de cifras en ventas-descargas.
El valor que tiene UX
Para hablar del valor que puede llegar a tener la experiencia de usuario, para las compañías de desarrollo de software, es pertinente mencionar el caso de Airbnb.
En el año 2009, Airbnb (la famosa aplicación de renta de inmuebles), estaba al borde de la quiebra como muchas otras startups que fueron creadas en ese momento y que no tenían mayor reconocimiento. Los ingresos de la compañía apenas llegaban a los 200 dólares semanales, y para sus fundadores sólo había una pregunta que les rondaba en la mente, ¿Qué está sucediendo? Así, comenzaron a estudiar el por qué su negocio “que a primera vista era una idea excelente”, no estaba logrando triunfar como se esperaba.
Iniciaron analizando el comportamiento de sus anuncios en Nueva York para averiguar qué estaba pasando, y fue entonces cuando notaron una característica común en los más de 40 anuncios publicados. El problema radicaba principalmente en las fotografías de los inmuebles, ya que no eran muy atractivas, y además no permitían evidenciar las habitaciones disponibles, por ende, los usuarios que querían rentar los spots, no tenían una idea clara del sitio.
Luego de encontrar el problema, pensaron en una solución que no era muy técnica en realidad: Viajaron a los alojamientos de sus clientes con una cámara, y pasaron tiempo con ellos tomando buenas fotografías de sus hogares. Esto lo hicieron sin realizar ningún estudio previo y avalados únicamente por su intuición. Uno de los fundadores, Joe Gebbia, había estudiado en la Escuela de Diseño de Rhode Island. Allí conoció el design thinking, el cual se encuentra intrínsecamente relacionado a la experiencia de usuario; lo que lo llevó a pensar que había que tener una visión desde la perspectiva de cada usuario de la aplicación.
Luego de una semana de haber mejorado las imágenes de los inmuebles, Airbnb comenzó a facturar el doble semanalmente, 400 dólares. De esta manera, Airbnb logró superar la crisis empatizando con los usuarios y haciendo uso del diseño centrado en el usuario. Una visita a uno de los alojamientos, resolvió lo que los tres fundadores no habían sido capaces de resolver delante de sus ordenadores durante varios meses. Más adelante, Airbnb adoptó la cultura de ponerse en los zapatos de sus clientes. A uno de sus trabajadores, por ejemplo, se le encargó que estudiara la función de la puntuación en estrellas que se dan a cada uno de los alojamientos para conocer su rating. Luego de un día decidió cambiar la estrella por un corazón, ya que pensaba que los usuarios premiaban el servicio de una manera muy fría con las estrellas. Mientras que, el corazón llegaba más a las personas. El hecho de haber cambiado las estrellas por un corazón, aumentó la participación de los usuarios por encima del 30%.
Airbnb ha pasado de ganar 200 euros semanales a revolucionar el turismo y ser una de las aplicaciones más usadas en la era de las innovaciones tecnológicas, gracias a estos pequeños detalles basados en la experiencia del usuario.
Las estadísticas no mienten, y debido al avance de la tecnología, la competencia también se ha incrementado y por eso es necesario dar un valor agregado a nuestros productos o servicios.
El diseño web, la interfaz, el User-Centered Design y todo lo que engloba la experiencia del usuario son imprescindibles hoy en día para cualquier compañía, no solamente en el área del software. Una buena arquitectura de la información, una organización y presentación efectiva del producto, influyen en la decisión de compra de los consumidores .
En realidad, la UX no salvó mi vida, pero si es un factor que aporta en el crecimiento de las startups en el mercado de las tecnologías de la información y además, ayuda a hacer de nuestros productos/servicios, una solución tecnológica que facilite la vida de las personas, que esto al fin de cuentas es el objetivo de la tecnología.

Andrés Felipe Martínez